viernes, 7 de junio de 2013



EL TORNILLO

No he dormido bien. Cogí la cama con ganas pero me he despertado innumerables veces. Pepe no, ronca que te ronca ha estado…

Sobre las 6 de la mañana me fui a la cama de Marta y le dije que necesitaba un café y un paracetamol porque la cabeza me dolía bastante. Ya ha amanecido y la casa esta llena luz ¿Qué hacemos en la cama?

La mañana de adaptación consiste en salir y deambular por el barrio, comprar el pan, paracetamol…y almorzaremos en casa. Por la tarde salimos hasta la cinta costera y Marta nos recogerá a la salida de su trabajo.

Veo por el ventanal del salón con el cielo se va cubriendo de nubes espesas grises  y sin pasar mucho tiempo más comienza a llover, bueno no, a descargar agua ¡de una forma! que pensamos que ya no podríamos salir en toda la mañana.

- No mamá, como mucho en una hora ha terminado pero llevaros paraguas por si comienza otra vez. Pero aún puede llover más duro.

Efectivamente dejo de llover y salimos.

Al pedir el paracetamol en la farmacia me explicaron que podía comprar desde una pastilla, pasando por un blíster, una caja o más. Compro un blíster que trae cinco pastillas y pagamos 1$. Igualmente podíamos haber pagado con una moneda de aquí, la balboa que corresponde a un dólar.

Caminamos igualmente por la calzada que por las supuestas aceras, dependiendo de los obstáculos que te puedas encontrar, tipo un coche, bolsas de basura que se acumulan, e innumerables puestecillos ambulantes en los que se venden aguacates, plátanos, papaya, hamburguesas, empanadas y empanadillas hechas con harina de maíz, perritos, refrescos caseros que distribuyen con un cucharon en vasos de plástico al que colocan una pajita ( aquí carrizo) y agua embotellada, cerveza, o coca-cola que está en bidones con bloques de hielo.

Vemos relativamente legos al Tornillo, edificio que según parece debe de verse desde cualquier punto de la ciudad. Los taxis nos pitan corto y continuo para que los cojamos  y el caminar se hace algo estresante.

 Hace un calor y un bochorno que llevamos la ropa pegada al cuerpo y los chorreones de sudor de la cara de Pepe caen en su camisa  aumentando los cercos de sudor de las axilas, espalda y pecho. La gente parece estar acostumbrada porque excepto  los obreros de las construcciones (que son muchas) veo que pueden ir perfectamente con camisa de manga larga.

Bueno pues nos hemos perdido! No tenemos ni idea de volver a Vía Argentina pero no nos importa en absoluto y vamos preguntando a la gente.  Parece que estamos lejos porque todos nos aconsejan coger un taxi pero lo cierto  es que si hemos andado  paseando una hora, para nosotros es cerca y para ellos es lejos…pero lejos. Y es que aquí no se pasea. Con las explicaciones que nos van dando (extrañadísimos de que queramos caminar) vamos dando vueltas y viendo al tornillo y dejando de ver al tornillo.

Cuando por fin llegamos a Via Argentina entro en “ El mundo del pan” y veo barras alargadas, trenzadas, pequeños panecillos, bollitos pequeños y pastelería. Pregunto el nombre de cada modelo y la señora muy amable me lo va diciendo. Compramos una flauta de huevo y voy camino a casa tirándole pellizcos y comiéndolo porque está buenísimo. Es como nuestros bollos de leche pero no tan dulce.

Sobre las 3 y media de la tarde hacia menos calor (luego nos explico Marta que las tardes son más frescas que las mañanas) y salimos en dirección a la cinta costera. Es un paseo al borde del mar por el que la gente hace footing, camina, va en bici… Hay canchas para baloncesto, futbito…

El mar aquí está sucísimo (que pena me da, con lo que me gusta el mar) y el olor es muy desagradable. La prohibición es de no introducir ni un dedo. Marta dice que ya está el proyecto para limpiar esta magnífica bahía y canalizar los desagües.

Sobre las 6 ya es de noche y me siento soñolienta y agotada…En un banco esperamos a Marta que nos recoge a la salida de su trabajo.

-Mamá, como puedes tener sueño si son las 7!!

Nos tómanos una cervecita en un bar español y vamos al supermercado. En cada caja hay un pelao (chico joven, adolescente) que mete la compra en bolsas y te las lleva al coche por 1$.

Cuando llegamos a casa me tumbo en el sofá y ya no recuerdo bien que paso más.

Continuará…

 

 

3 comentarios:

  1. Uf que caloo , esa imagen de Pepe sudando....jajaja
    Besos
    Pamela

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  2. Es genial esto del blog, parece que estemos viajando con vosotros, aunque no seria mala idea todas en Panamá y Marta de guía, jajaja. Divertiros muchos y sigue contando todo lo que haces y ves y así en la próxima merienda vemos fotitos y comentamos.
    Besitos para todos

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  3. Geral,que bonito.Muy buena ocurrencia,así hacemos contigo un viaje virtual.Besitos.

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