PROVINCIA DE VERAGUAS
Es sábado. Marta trabajó varios sábados que no le correspondían para, ahora, coger lunes y martes e irnos a la provincia de Veraguas.
Vamos a la internacionalmente conocida para los surfistas por su famosa ola, la
playa de Santa Catalina, hasta el lunes. Éste nos volveremos y pasaremos una
noche en Santiago y el martes por la mañana nos volveremos a Panamá.
A las seis y media de la mañana ya
estaba abierta la peluquería “El Milagro” con varias señoras dentro esperando.
Éste establecimiento está en la gasolinera en la que Marta paró un momento porque Pepe quería
comprobar si estaba bien fija la rueda de repuesto.
Mientras, yo me acerque y la chica de la peluquería me explicó que si quería
hacerme un blower (alisado) debería ir entre las seis y las siete de la mañana
y hacer la cola hasta que me toque.
-Ah! Pues así lo haré. Gracias por explicarme.
Tenemos cuatrocientos km por delante. Hasta Santiago es la autopista
interamericana, o sea “buena” carretera.
Desde Santiago a Santa Catalina hay unas dos horas y media, por una carretera comarcal no
pudiendo circular a más de sesenta u ochenta km/h.
El paisaje son grandes extensiones de pasto para la ganadería, que nos
encontramos campeando mientras los buitres
hacen círculos en el cielo esperando la muerte de alguna res.
¡Qué idílico nos parece este paisaje de vacas pastando en los verdes
prados! (ésta zona será la Asturias
panameña) Al filo de la carretera aparecen algunas casas muy primitivas con
techos de hojas, con alguna señora que va andando, algún chiquillo descalzo
jugando…y con gallinas picando de un lado a otro y que nos hacen parar el coche
para que puedan cruzar. ¡Qué idílico nos parece este paisaje de gallinas que
cruzan la carretera picando aquí y allá!
Después de una hora parando cada dos por tres ¡estamos de gallinas y de
perros tumbados que nos hacen pegarnos a la extremísima izquierda!... (Porque
ellos no se levantan de la carretera, así les pites y pites)
¡¡ Ayyyy, hasta el mismísimo…!!!
Por fin llegamos a Santa Catalina y aunque es un sitio muy internacional
descubrimos, con sorpresa, que es una corta carretera con salida al mar, y con pocas casas
a ambos lados de la carretera, eso sí, con sus gallinas en medio de la misma. Tiene
varios “hoteles”, una tienda, varios
chiringos para comer, varios centros que ofrecen cursos de buceo, surf, excursiones a isla Coiba donde se puede hacer
snorkel o buceo.
Vamos a nuestra residencia por dos días,
el hotel “sol y mar”. Está subiendo una ladera y el lugar es precioso.
Son 6 u ocho casitas pequeñas que
tienen un buen dormitorio con dos camas dobles, un baño y un recibidor con frigorífico y televisión y un sofá cama.
Tiene aire acondicionado. La terraza tiene un pequeño sofá y una hamaca. Subiendo
un poco está el comedor que cuenta con wifi, y unas vistas de la playa
preciosas.
Esa tarde la pasamos en la playa con su arena negra, sus cangrejos y su
agua caliente. ¡Genial!
Por la noche fuimos a cenar a un chiringo a la orilla del mar. Por el
camino oíamos un “doing, doing”. A mí me sonaba como el sonido que hace una
goma cuando se la tensa y se la hace sonar... Más o menos, así. Marta nos dijo
que era el croar de los sapos.
Continuará…
Ya puedes estar pidiendo cita para mi, para el alisado de las 6.30 de la mañana (eso me ha llegado, no me veo yo peinándome a las 6.30). Viven a otro ritmo que nosotros , pero por si acaso tu pide la cita y luego veremos. Besitos
ResponderEliminarQué casita más preciosa ,desde luego no estais desaprovechando el viaje, no solo estamos conociendo paisajes si no tambien como vive la gente gracias, gracias y gracias por este viaje que nos estás haciendo vivir. Por cierto para cuando el proximo
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