jueves, 27 de junio de 2013

 
LAS GENTES DE PANAMÁ
 
La gente de panamá es, sin duda, acogedora.  En estos dieciocho días  nos han tratado muy bien siempre: cuando nos hemos perdido (todos los días) y hemos preguntado; algunos hasta han llamado por teléfono a terceros si no sabían el lugar que buscábamos.  En el súper, los seguratas del bloque  de Marta, que veinte veces que pases, veinte veces que te saludan.
 
Cuando en algún lugar decíamos que éramos españoles enseguida preguntaban
 
-¿Del Real o del Barça?
 Porque de uno de los dos, tienes que ser. ¡Fijo!
 
Pero la mejor representación de la gente, son algunas de  las amigas de Marta que he conocido: Regina, Katherine, Alejandra y Xochilth.  La conversación con ellas trascurre entre risas.
 
Son simpáticas, educadas, cariñosas, graciosas… vamos que no se les puede poner un pero.
 
Regina es muy servicial y un google humano. Si quieres saber algo o necesitas algo, Regina lo sabe y/o te lo consigue. Me ha regalado una huaca que me va a traer suerte sin duda. ¡GRACIAS!
Alejandra es la más joven y es muy ingeniosa con las palabras. Tiene un gran sentido del humor irónico ¡genial!
Katherine  es… como muy responsable, perfeccionista…y se ríe a carcajadas con unas ganas ¡que ya quisiera yo!
Y como ya he dicho hace las arepas ¡de muerte!
Y Xochilth es la más soñadora y romántica. ¡¡Ya verás cómo te llega tu Cristian Grey!!
 
El primer domingo que pasamos allí  Pepe hizo una paella para recibirlas  y luego, por la tarde hicieron el gran esfuerzo (porque ellas no pasean, como en general en Panamá) de llevarnos a la calzada de amador a “parquear” un ratito. Ésta zona  es una larga avenida que construida de forma artificial y que conecta  la parte del continente con cuatro islas del pacifico. Fue levantado por  los americanos, con rocas  y tierra que extrajeron del mar para la construcción del canal. Allí es el causeway. 
Nosotros que pretendíamos recorrerlo a pie o en bici,  lo haríamos en coche, una noche que Marta nos invitó a cenar, al final del causeway frente al mar.
 
No contentas con el recibimiento, después nos llevaron al  Trump Ocean Club International Hotel & Tower, o sea, al hotel Trump a tomar una cervecita o un coctel, como la gente superrrrrr pija, o gente yeyé (se dice así en panamá) y con unas vistas magnificas de la bahía y de la ciudad.
¡¡ummmm que bien viven los ricos!!
 
¡¡GRACIASSSSS!!
 
El siguiente miércoles por la noche, fuimos a ver una obra de teatro muy divertida a la que Katherine nos invitó también. Después pasamos un buen rato en la Taberna veintiuno, entre cervecitas.
 
¡¡GRACIASSSSSS!!
 
Como seguían sin estar satisfechas, Katherine y Alejandra prepararon una cena a base de jamón, queso y ¡boquerones en vinagre! Además de  las magnificas arepas y jugo de maracuyá con leche (elixir de dioses)
 
¡¡GRACIASSSSSS!!
 
La última noche salimos a cenar al casco viejo y a “tirar unos pasos” al Habana, un lugar para bailar ritmos latinos con una orquesta en vivo.  El lugar tiene un aire elegante, de los años cuarenta o cincuenta. Los pasos los tiran los panameños, que hay que ver qué bien se mueven.
 
Y allí estaban ellas a pesar de que al día siguiente trabajaban.
 
¡Qué ricos los mojitos! Con su caña de azúcar para mordisquear. Jajaja.
 
¡¡GRACIASSSS!!
 
A pesar de la loca ciudad  de Panamá y de estar tan legos de España ¿puedo yo estar preocupada por cómo estará mi niña allí? No mucho, no.
 
 
 
Continuará…
 


 
 
 
 
 
 




1 comentario:

  1. A Marta la queremos muchisimo!!! Aca la seguiremos cuidando y mimando. Fue un placer haber compartido con ustedes estos dias y los echaremos de menos! Beso enorme y todo mi cariño, Regina

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