¿PODEMOS ORDENAR YA?
Cuando salimos del aeropuerto de
Tocumen, ¡¡¡ahhhhh … es como si hubiese abierto la olla!!! Una bofetada de calor húmedo me dio en la cara este país. Empezó a sudarme el cuello, las axilas y dije
“ ¿y la hora que me pasé alisando el pelo para entrar en éste país monísima?…a
la mierda. Con una carcajada, Marta me
dijo: “¡Bienvenida a Panamá, mamiiiii! jajaja”
Salimos del aeropuerto y al
acercarnos a la ciudad empieza el bullicio de coches.
Marta nos va explicando que aquel edificio es tal, que la ampliación
de la ciudad va por allá…no tengo ojos,
oídos ni memoria para registrar todo.
Son mis 11 de la noche y sus 4 de la tarde pero no me siento nada cansada
ni soñolienta.
Tras dejar el equipaje en casa y
ducharnos, salimos a comprar una tarjeta
para el móvil y las calles del barrio del cangrejo invitan poco al paseo: Lo
que supongo que es la parte de las aceras es cemento agrietado, hundido o
levantado pero además sirve de aparcamiento sin criterio alguno para los
coches. Las basuras no están en cubos sino en las entradas de los edificios en
un hueco destinado a ellas, no hay pasos para peatones, ni siquiera en los
semáforos hay un color destinado a ellos y Marta nos dice que aquí la seguridad del coche prevalece sobre la del
peatón.
Para superar con éxito el jet lag
, debemos empezar a vivir con éste horario por eso nos vamos en coche hasta el
casco viejo. Aquí no se echa el
intermitente para cambiar de carril, y se adelanta por la derecha con una
pitada de aviso, los semáforos de la zona más céntrica, están detrás de los
pocos pasos de peatones que vemos ( ¿para qué?)y en los cruces están ya pasados éstos de tal
forma que si están en rojo te impide el paso al frente pero puedes girar a
derecha o a izquierda. Se corre mucho y se pita mucho. Vemos algunos diablos
rojos, o sea, esos autobuses amarillos que llevaron a los niños americanos al
cole y que vemos en las películas. Aquí, particulares los han comprado y
tuneado (chulísimos, ya haré foto)y son taxis-bus sin una ruta fija que seguir.
Van sin luces y saltándose cualquier regla de circulación. Otros son discotecas
nocturnas deambulantes y éstos si que llevan luces, ¡pero a lo largo de todo el
bus!. Ya hay algunas líneas oficiales de autobuses urbanos que van pitando anunciando a su llegada a las paradas (como si la gente no los viese
si no pitan) y parece que el gobierno quiere quitarse con ello a éstos diablos
de la circulación. Lo cierto es que ofrecen una imagen de color a la ciudad,
inigualable.
Paseamos por el casco viejo y veo que la gente y la chiquillería está en la calle. En cada esquina hay un policía y además de ésta, también, policía de turismo al servicio de nosotros,
los turistas. Marta nos dice que hay bastante miseria y de ahí la presencia de
la autoridad, pero es un barrio con
encanto.
En una placita súper acogedora y en la taberna “Casablanca” pedimos 2
cervezas balboa (la del país) y un té frio.
Marta preguntó: ¿podemos ordenar ya? Y ordenó: ceviche (de pescado) en
salsa de ají amarillo, ensalada con pollo con aliño de miel-mostaza y hongos
apanados con queso crema. Todo 44´11$.
Hola guapetes...que buena idea lo de el blog...asi nosotras podremos viajar con vosotros....blogueando entre mares y continentes....esperando la proxima entrada....
ResponderEliminarBesitos.
Pamela
Una idea magnífica. Estamos como los yanquis cuando enviaron a un hombre a la luna...expectantes... cuéntanos todo lo que veas, saborees, pises, huelas (no se admiten comentarios escatológicos), como si fueras una reportera... "granaina en Panamá" desde éste lado del océano seguiremos tus crónicas.
ResponderEliminarBesitos. Rosa.
Bienvenidos! Espero conocerlos pronto. Beso enorme.
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