martes, 22 de septiembre de 2015

FUERTE DE SAN LORENZO




A partir de que  Colon descubriera en el mar Caribe la desembocadura de un rio que llamo Chagres (o rio de los lagartos) se inició una nueva vía de traslado de riquezas que venían de Perú, hasta la antigua ciudad de Panamá. Hoy las ruinas de Panamá la vieja.
Se fundó el pueblo de Chagres a sus orillas, pero hoy  está desaparecido excepto la fortaleza llamada San Lorenzo. Construido en lo alto de un arrecife se divisa la entrada al rio.  El pirata Joseph Bradley bajo el mando de  Henry Morgan atacó el fuerte por tierra como primera medida para  llegar  a Panama la vieja  y saquearla.
El fuerte son sus ruinas en un lugar de inmejorable belleza y calma.
En los tiempos en que el canal era controlado por los americanos se construyó una zona militar, el Fuerte Sherman, en el que los militares contaban con todo lo necesario para no tener que acercarse a Panamá para nada. Hay que atravesarlo para llegar a San Lorenzo. Hoy está completamente deshabitado y en ruinas, casi invadido por la vegetación. Solo sigue funcionando el puerto que hoy es deportivo y tiene un restaurante para comer.
Cuando llegamos  a San Lorenzo, no había nadie visitándolo y creo que cinco buitres que estaban volando en círculo, como de costumbre en lo alto del cielo, se frotaron las alas pensando que ya estábamos casi moribundos porque se acercaron sobrevolándonos a escasos metros.  Al poco llegó una  familia y después unos fotógrafos que empezaron un reportaje con una muchacha.  Ya no bajaron tanto su vuelo los buitres.
Si no fuera por el calor el lugar invita a la contemplación del mar a echar un día de campo entre sus enormes árboles que proporcionan grandes sombras… pero aquí nada de eso es posible.
 A la vuelta paramos a picar algo en su puerto deportivo. Yo tomé un liado de pollo y una cerveza. Ese liado de pollo es una torta de trigo con lechuga, tomate y tiras de pollo asado con una salsita riquísima. Esto lo tengo que hacer en Granada aunque la salsita no la consiga igual. Nos atendió una dulce muchacha que nos pidió dulcemente “permisito” para limpiarnos la mesa y al preguntarle por las ruinas de Portobelo me indicó también muy dulcemente que estaban “antesito” al pueblo.
Un señor en la mesa de al lado que  debió escucharnos inició una una conversación  parecida a  la siguiente en esencia
Señor:          buenas, andan de paso?
Nosotros: si, nos hemos acercado hasta el fuerte de san Lorenzo y ahora vamos para Portobello.
Señor:         Ah yo no conozco Portobelo, dicen que es bonito.
Señor:       ¿cuál es su barco?
Nosotros:         No tenemos barco, vamos en coche…en carro
Señor:             ¿Como?... Yo pensé que tenían barco…aquí todos los que estamos tenemos barco.
Nosotros. (Yo, copiando a Alberti): Nosotros somos marineros en tierra
Señor:           Pues yo cuando me jubilé me compre el barco. Ha sido estupendo.  He estado en                                       Perú, Miami, ahora aquí poniéndolo a punto para marchar a navegar. ¿Y son de Panamá?
Nosotros:   No, somos de España…estamos visitando a nuestra hija que vive en ciudad de panamá y mientras ella trabaja hacemos turismo… por tierra
Señor:          ah, muy bien pues. Que su estancia sea buena por acá
 Nosotros:   Gracias  que usted tenga buenas travesías
Pepe empezó a hacer cálculos  del tiempo en que íbamos a echar para llegar a las ruinas de Portobelo y de parar por alguna playa a bañarnos. Ya le entró el agobió de que no quería conducir de noche así que con tranquilidad y con luz llegamos a Panamá antes de las seis.
 Ciudad del saber es una fundación en zona de más de 200 edificios de lo que fue otra de las bases militares americanas en Panamá. La base militar de Clayton.  La fundación   dedicada al desarrollo empresarial, cultural, científico, humano y sostenible. Hay toda una serie de conciertos de nivel internacional, de carácter gratuito.  A las nueve disfrutamos de un magnifico concierto de Jazz mientras Marta nos esperaba con el grupo de españoles que todos los jueves se juntan para cenar o tomar algo. En este caso era en la casa de Edu. Sus padres también estaban de visita.
Cenamos vino español, embutidos y carne en la barbacoa. Un grupo muy divertido del que faltaba gente porque algunos ya regresaron a España o porque no pudieron asistir. Hablamos de mosquitos, del calor, de los sitios bonitos y de lo no bonito de Panamá. Una agradable velada.
Gracias por acogernos

Continuará…


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