miércoles, 30 de septiembre de 2015

BARRIO CHINO

Nuestra última visita antes de regresar de regresar a España es a ésta zona de la ciudad, humilde,  muy cercana al precioso Casco antiguo y que no estoy segura si  pertenecen ambos al Barrio de San Felipe o no.
Tenía muchas ganas de hacer ésta visita y es porque creo que hay que visitar uno de los barrios con esencia de Panamá. El barrio chino 
Fue durante la construcción del ferrocarril  a mediados del siglo XIX cuando llegaron numerosos chinos que se instalaron aquí e iniciaron el comercio en la zona.

El metro nos dejo muy cerca de la Avenida Central donde se ubica el mercado público. La recorrimos tranquila y sudorosamente mientras miramos los numerosos puestos  de fruta, empanadillas, jugos y raspaos, agua de coco...que se suceden unos tras otros. Me hubiera bebido un litro de agua de coco ( que me encanta ) pero no me atreví a comprar porque no era que la vendían en su  pipa, cortada y con su  carrizo (como allí le llaman a lo que nosotros nombramos como pajita), sino que un señor que con un carrito y un bidón de por lo menos veinticinco litros, repartía el liquido con un cucharon en vasos de plástico. No me fié pensando en el tiempo en que llevaría ese agua de coco allí.
En los bajos de los edificios también hay comercios de ropa barata, otros no tan barata, supermercados y tiendas de barrio.
En éstos puestos la verdura y la fruta está considerablemente más barata que en la ciudad y la variedad también es mayor.
Como cada ciudad, Panamá también tiene un lugar emblematico lleno de leyendas. Busqué la calle "Salsipuedes", calle unica, estrecha y llena de minúsculos puestos  donde se vende de todo. Puestos de hierbas, ungüentos sanadores, sombreros panameños, encages y productos de mercería, ropa típica que usan los indígenas, trajes  de pollera,  imágenes de santos y santas, calzado, baratijas, cacharros de cocina...
Del nombre, no hay  unanimidad respecto a por que se llama así. Unos hablan de la peligrosidad de la calle  y que atravesarla podía significar perder la vida a partir del atardecer en tiempos pasados. Otros hablan de la dificultad de pasar con los minúsculos  comercios que se han apilado desde sus orígenes.   Un señor mayor, en la misma calle, me contó que  ninguna de esas versiones es acertada. Me dijo que el verdadero  origen del nombre, está en que hace siglos el mar llegaba hasta allí y en esa zona había manglares. Las ramas de los manglares y raíces hacen que el fondo sea fangoso, de tal manera que cuando el mar se retiraba por la marea era imposible salir por allí al mar.
 Sea como sea el origen del nombre, la calle es pintoresca a más no poder.
De vuelta al metro, en uno de los puestos decidimos comprar ají chombo

- buenas, ¿cómo vende el ají chombo: por unidades, por galones?

-"cuatro, una cua"- entendí yo

- perdona, no te he entendido

-"cuatro, una cua"- volvía a oír yo

- perdón otra vez... es que no te comprendo. Me lo repites?

- "cuatro, una cua"

Una señora de color a su lado dijo

- cuatro por veinticinco centavos.

-¡¡¡¡ Ahhhhhhh, valeeeee, así si lo entiendo!!!!

- Pongame...dieciseis. Un dolar, ¿verdad?

Cuando se lo conté a Marta me dijo

- Mamá te habrá dicho "una cuara" que viene de cuando los americanos estaban aquí y decían "A quarter of dolar"  o "A quarter". De ahí ha derivado a una cuara

-¿una cuara? ¿una cuara? ....


Me vuelvo a ir de éste país sin enterarme... de casi nada




un brindis por los panameñ@s y por los español@s




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