LA SAGRADA FAMILIA
Cuando llegamos a la Sagrada Familia la cola para comprar las entradas era larga, de unos cuarenta minutos nos dijo una de las muchachas que están controlando en la entrada. Pufff, ¡me tiraba de los pelos! porque pensé comprarlas on line y Pepe me lo quitó de la cabeza.
Nos pusimos a la cola y a mirar hacía arriba para apreciar la magnifica obra de Gaudi que ya me estaba conquistando.
No habían pasado ni cinco minutos y se nos acercó un muchacho que hablaba en ingles y poco en español, enseñándonos unas entradas por si las queríamos. Pepe le dijo con la mano que no pero yo le pregunté sobre ellas y lo que entendimos es que venia con su amiga, que habían comprado cuatro por internet y que ahora en la taquilla no le devolvían el dinero. Yo dudaba pero nos dijo que fuésemos a la entrada que estaba allí su amiga para entrar y entrabamos los cuatro y nosotros le dábamos el dinero.
- ¡Pepe, vamos!. Tiene que ser cierto si no, no nos diría que fuésemos a la entrada con él.
Efectivamente pudimos entrar, le pagamos sus entradas y ya estábamos dentro. ¡que suerte tuvimos de librarnos de la cola! Compramos el audio guía y...
¡Que maravilla!¡que maravilla!
No me puedo creer que en cabeza de un hombre se idee semejante obra. No puedo decir nada más solo poner las fotos y desearos a todos que vengáis a verla
Tanta belleza nos llenó de energía porque le propuse a Pepe una nueva ruta y no me dijo que no, pese a que no paraba de quejarse del dolor de pies. Teníamos que ir a restaurante en el que comimos el día anterior para ver si podíamos recuperar las gafas de Pepe y como estaba muy cerca de Plaza Cataluña y el Paseo de Gracia es una de las calles que terminan en ésta plaza, la propuesta era la siguiente: volver, en metro, hasta el Paseo de Gracia, ver la casa Batlló, y ya, bajar hasta Plaza Cataluña; desde allí al restaurante y desde ahí al hotel. Era un buen paseo pero aceptó
Whatsappeo con Maritrini y me dijo que lleva todo el día lloviendo en Granada. ¡Que suerte estábamos teniendo con el tiempo! No había caído ni una gota.
Bueno pues así lo hicimos. Cada vez que cogiamos el metro estaba a rebosar y me doy cuenta de la eficiencia de éste medio de transporte. No esperábamos más de dos minutos y ya estábamos dentro, y en otros cuatro o cinco más, a estábamos en nuestro destino.
El Paseo de Gracia estaba a esta hora ( serían las seis o seis y media) lleno de gente para arriba y para abajo. Mucho pijerio con bolsas de compras, mucho BMV y Mercedes, algún Porsche... en fin ...el lujo.
Por aquí, Pepe, no mira precios ni me dice de tomar un café. ¡Me cachis!
Por aquí, Pepe, no mira precios ni me dice de tomar un café. ¡Me cachis!
- Pepe, pongamos el ojo por si vemos a algún famoso. Lo mismo ha salido Shakira por aquí a comprarle a Milan un chupete de Swarovski. jajaja
-¿Quien es Mila?
-¡Milan, Pepe! El niño de Piqué y Shakira.
-Bahhh
En la casa Batlló había otra enorme cola para visitarla por dentro así que me conformé con verla por fuera y es bonita con ganas. ¡Ya soy súper fan de Gaudí!
¿Ésta todo el mundo en la calle? Plaza Cataluña parece la feria y las callejuelas del barrio gótico que tomamos para llegar al hotel igual. Hay muchos turistas extranjeros pero la mayoría de gente es de aquí, seguro. Se oye ingles, italiano, catalán pero lo que más se oye es español. En los dos días que llevamos aquí lo que más escuchamos por la calle, es español.
Cuando llegamos al hotel, estábamos muertos pero que bien que habíamos recuperado las gafas.
Continuará...
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