viernes, 4 de octubre de 2019

CALZADA ROMANA DEL RIO ESLA. VIA SALIÁMICA


  Un poco de historia:
En el año 26 a. C. el Emperador Augusto ataca  Cantabria por tres vías: la del Pisuerga, el Carrión y Cea-Esla. En el año 19 a. C. concluye la conquista con la derrota de Cántabros y Astures. Parece ser que el rio Esla constituía la frontera que separaba a ambos pueblos. En la margen izquierda estaría el territorio Cántabro y en la margen derecha estaría el territorio Astur. Junto a las legiones van otro ejército formado por ingenieros, albañiles, canteros y esclavos que se encargaran de la construcción de puentes y caminos que faciliten las cosas al mejor ejército de su tiempo.

El miércoles día 11 amaneció  sin lluvia así que decidimos hacer una caminata. Aquí hay bastantes rutas para caminar por el monte pero ésta ruta, la de la calzada romana, es llana la mayor parte (excepto en un pequeño tramo) y no es muy larga tampoco.

La calzada llega hasta Asturias, pero este tramo está señalizado como ruta senderista  que va desde Valdoré hasta Las Salas. Puede hacerse en ambos sentidos y tiene salidas en Villayandre y en Crémenes que están en medio. Nosotros de hecho iniciamos en Crémenes.

Tomamos dirección hacia Valdoré.  Es un paseo muy agradable junto al rio la mayor parte del tiempo, caminando de forma tranquila por el empedrado a veces cubierto de tierra y hierba. Vamos recogiendo y comiendo moras de los zarzales que hay por la orilla del  caudaloso rio que por cierto, tiene en algunos tramos una fuerte corriente.  A la izquierda vamos dejando praderas en las que se ven caballos percherones, rubios y robustos, y también algunas vacas pastando.
Nos cruzamos con más de un senderista y es que la montaña leonesa tiene un paisaje muy bonito que invita a salir a descubrirlo.

Pronto empieza la subida, suave,  hasta llegar a la Entrecisa  o el corte en la roca  desde donde se puede apreciar  un murallón rocoso y el tipo de construcción  de las calzadas romanas con grandes lajas y muros que soportaban las calzadas romanas. También se aprecia  la vega de Crémenes y las peñas llamadas las Pintas.  Hay una  señalización que explica cómo hacían los romanos los cortes en las rocas para poder atravesarlas. Es lo que se llama entrecisa o paso entre roca. Estos sometian  la roca al fuego  durante días y luego arrojaban agua y aceto para que estallara. ¡La dinamita romana!

Aquí  descansamos un poco  y decidimos dar la vuelta  para llegar hasta la ermita de Pereda ya muy cerca de Argovejo. Es una construcción  del siglo XX que quiere imitar a la construcción típica medieval de la zona.  Rodeada de robles y fresnos es un lugar para el descanso y beber agua de la fuente cercana.

Después de esta excursión y antes de regresar a Corniero hicimos una parada en El Huelde de Crémenes, un hotel rural  en el que el domingo por la mañana Carlos y Laura nos llevaron a tomar el desayuno de la zona: patatas fritas con huevo y jamón frito. Tostadas de pan de pueblo con jamón y un café con leche.

Tampoco aquí tienen Bordon, así que me tomé una cervecita con tapa de panceta frita. De este bar no digo nada más y lo digo todo.


































Ermita de Pereda


Continuará...






DIA DE LLUVIA. VISITA A BOÑAR Y SABERO.

El martes amaneció con un  frío de ocho grados y lloviendo.
Después de desayunar decidimos ir a Boñar a comprar embutidos, como me había dicho María,  era un buen sitio por precio y calidad.

El Negrillon es un matadero, carniceria y venta de embutido al estilo leonés, es decir ahumado. También venden vinos, quesos, pan a diario, especias para la matanza...
Cargamos con garbanzos y alubias de fabes para cocinar, queso, chorizos, salchichones, algo de cecina y lomo embuchado. ¡Que rico todo!
Se me olvidó preguntar si aquí tenían Bordón, mi vino favorito del momento y que empiezo a pensar que solo lo ponen en un bar de Crémenes

Por cierto, un negrillon es un olmo ibérico y en Boñar  había uno en la plaza del pueblo junto a la iglesia. Estaba allí desde el siglo XVI y en  2016  ya no aguanto más y cayó. Era símbolo de la villa.

No vimos nada del pueblo, solo la plaza de la iglesia porque hacia bastante frio,  llovía y no íbamos muy abrigados.

A la vuelta  y aprovechando que parecía iba a escampar, paramos en el pueblo de Sabero que en el pasado se dedicó a la actividad minera. Desde la carretera se ve lo que queda de la ferrería de S. Blas que fué la primera fábrica de hierro  y carbon moderna del siglo XIX en España  y principios del XX y que desde 2008 es el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León.
En su momento fue una fábrica muy moderna, con lo último en maquinaria  traída desde inglaterra y desde hace treinta años ya no hay actividad minera en la zona. El museo estaba cerrado pero en la plaza que hay delante hay algunas máquinas de exposición.

El pueblo es distinto a los de por aquí, y es que se construyó paralelamente a la fábrica, para dar respuesta a los habitantes que llegaron de distintas partes de la península a trabajar en las minas.

Interesante para ver de este pueblo, a parte del museo, es la ruta de las minas que atrae a bastantes senderistas. Un panel informativo delante del museo, muestra el recorrido de la ruta: mina de La Plata, mina Mariate y mina La Imponderable, que discurre por el entorno boscoso de sabero. Más o menos once km de media dificultad  en la que se ven las entradas de estas minas con algunos restos de las mismas y con bonitos miradores a todo el valle de Sabero. También la visita a la Cueva de Valdeajo de formaciones calcáreas 

Como volvió a empezar a llover y con más fuerza decidimos irnos. A ver si en una nueva visita podemos hacer estas excursiones



Continuará...